En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán. Le dijo: «¡Abrahán!». Él respondió: «Aquí estoy». Dios dijo: «Toma a tu hijo único, al que amas, a Isaac, y vete a la tierra de Moria y ofrécemelo allí en holocausto en uno de los montes que yo te indicaré».
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña. Entonces Abrahán alargó la mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.
Pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: «¡Abrahán, Abrahán!». Él contestó: «Aquí estoy». El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora he comprobado que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, a tu único hijo».
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
El ángel del Señor llamó a Abrahán por segunda vez desde el cielo y le dijo: «Juro por mí mismo, oráculo del Señor: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te colmaré de bendiciones y multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de sus enemigos. Todas las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia, porque has escuchado mi voz».

Gén 22,1-2.9a.10-13.15-18

Salmo Responsorial

Sl 115,10.15.16-17.18-19 (R.: 114,9)

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos
Hermanos:
Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no se reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él?
¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará?
¿Acaso Cristo Jesús, que murió, más todavía, resucitó y está a la derecha de Dios y que además intercede por nosotros?

Rom 8,31b-34

Lectura del santo Evangelio según San Marcos

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía qué decir, pues estaban asustados.
Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo». De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.

Mc 9,2-10

"Aquest és el meu Fill, l’estimat, escolteu-lo"

Sovint les aparences amaguen l’autèntica realitat. Ho veiem tant a la primera lectura com a l’Evangeli. La primera lectura presenta un fet enormement dramàtic: Pren Isaac, el teu fill únic, que tant estimes i allà, dalt de la muntanya, sacrifica’l en holocaust. Terrible aquesta ordre del Senyor. Però Abraham està disposat a complir la voluntat de Déu: Agafà el ganivet per degollar el seu fill. Però Déu no vol vides humanes: Deixa estar el noi, no li facis res. El que vol és l’acceptació de la seva voluntat: Ja que has fet això de no refusar-me el teu fill únic, t’ompliré de benediccions i la teva descendència serà tan nombrosa com les estrelles del cel i els grans de sorra de les platges.
A l’Evangeli hem llegit la transfiguració de Jesús. Aquell que semblava un home normal i corrent tal com el veien els deixebles dia a dia, es transfigurà davant d’ells; els seus vestits es tornaren fulgurants; se li apareixen Moisès i Elies i se sent del núvol estant una veu: Aquest és el meu Fill, el meu estimat, escolteu-lo. Aquest Jesús que feia poc parlava d’anar a morir, al qual Pere va renyar per aquestes paraules, ara és el Fill estimat de Déu, al qual cal escoltar, precisament quan parla de creu, de seguiment, de mort, perquè és el Fill estimat, el model de Fill. Pere volia fer tres cabanes per quedar-se sempre a la muntanya, però ara ell i els seus companys, no veieren ningú més sinó Jesús tot sol. Ara és l’hora de seguir Jesús en la creu i en la mort. Ja arribarà l’hora de gaudir de la transfiguració, de la resurrecció. Per això Pau exclama: Jesucrist, el qui va morir, més encara el qui va ressuscitar és el qui està a la dreta de Déu intercedint per nosaltres. Per això pregunta: Si tenim Déu a favor nostre, ¿qui tindrem en contra? Ell que va entregar el seu propi Fill per nosaltres, no estarà disposat a donar-nos-ho tot? Avui se’ns demana la disponibilitat d’Abraham i escoltar el Fill estimat de Déu perquè el camí és la creu, però el terme final és la resurrecció, l’experiència real de l’amor de Déu.

Mn. Jaume Pedrós

Música Sacra

Con el nombre de Música Sacra agrupamos las obras musicales cristianas que a lo largo de la historia han creado los grandes compositores para destacar la obra de Dios. Nació en Europa en la Alta Edad Media con los ritos cristianos en el ámbito de las iglesias. Los antiguos cantos medievales dieron paso a las Misas y Cantatas del Barroco.

La época dorada de la música religiosa se inicia con los cantos gregorianos, alcanzan la mayoría de edad con Johann Sebastian Bach, continúa con Mozart y finaliza con las Misas de Beethoven. Mas tarde la musica sagrada deja de tener tanta importancia en la vida social y los compositores se acuerdan de ella excepcionalmente.

Glória de Vivaldi	Réquiem de Mozart	Passió segons sant Joan. Bach
El Messies de Händel I	El Messies de Händel II	El Messies de Händel III
La Passió segons sant Mateu I	La Passió segons sant Mateu II	Messa da Réquiem de Verdi